En un mercado global que exige mayor transparencia y acción climática, la medición de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) se convirtió en una práctica fundamental para empresas y organizaciones. Para asegurar resultados consistentes y comparables, se aplican metodologías y estándares internacionales que permiten un cálculo ordenado y transparente.
Estas herramientas no solo ayudan a las organizaciones a conocer el impacto de sus operaciones y a generar reportes claros, sino que también son clave para identificar oportunidades de mejora y cumplir con las regulaciones vigentes.
Medir las emisiones de GEI permite comprender la magnitud de la contribución al cambio climático, en este caso de la industria energética, e identificar las fuentes principales de emisión para diseñar e implementar estrategias de mitigación efectivas.
Para esto existen metodologías y estándares internacionales que ayudan a las organizaciones en esta tarea. Desde Svant, un software desarrollado para cuantificar, gestionar y reportar emisiones de GEI, repasaron los principales marcos globales para la medición en un trabajo sistemático que ayuda a la toma de decisiones.
La importancia de conocer estas metodologías se explica en la necesidad de aplicar estándares reconocidos que garanticen mediciones confiables, comparables y auditables. Esto permite a las organizaciones cumplir con normativas ambientales locales e internacionales, participar en mercados de carbono o acceder a financiamiento verde, tomar decisiones sustentables basadas en información y prepararse para auditorías, certificaciones o reportes públicos.
Medir las emisiones es un primer paso para poder gestionarlas, pero no alcanza con saber cuánto se emite, también es necesario entender dónde se originan esas emisiones y qué nivel de control tiene la organización sobre ellas. Para esto, existe una clasificación adoptada a nivel mundial que las identifica en tres alcances. La primera vinculada a las emisiones directas, la segunda a emisiones indirectas por consumo de energía comprada y la última por emisiones indirectas a lo largo de la cadena de valor.

GHG Protocol
Los parámetros de Svant para medir y gestionar emisiones de GEI incluyen GHG Protocol, considerada la metodología más utilizada en el mundo para calcular este tipo de emisiones. Fue desarrollada por el World Resources Institute (WRI) y el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) con el objetivo de unificar criterios y evitar múltiples formas de medición.
El GHG Protocol también describe cómo estructurar el proceso de medición de forma completa. Ayuda a determinar qué operaciones se incluyen en el cálculo y qué fuentes de emisión se contemplan.
Además, propone seleccionar un año base que sirva como referencia para comparar los resultados a lo largo del tiempo y evaluar avances o retrocesos. La metodología incluye el cálculo y seguimiento sistemático de las emisiones y un enfoque riguroso de gestión de calidad del inventario, que aseguran trazabilidad, coherencia y consistencia en los datos.
Norma internacional
Además del GHG Protocol, se valora el aporte de la ISO 14064, una norma internacional que permite un enfoque normativo y formal para facilitar la integración de la gestión de emisiones en sistemas de gestión ambiental y procesos de certificación.
La norma se divide en tres partes complementarias. La primera de ellas, ISO 14064–1, establece cómo cuantificar y reportar las emisiones de GEI a nivel organizacional. Define criterios claros para establecer los límites de medición, seleccionar las metodologías de cálculo y presentar los datos de forma ordenada.La segunda o ISO 14064–2, se enfoca en los proyectos de reducción de emisiones, brinda lineamientos específicos para gestionar, cuantificar y reportar iniciativas que buscan disminuir o eliminar emisiones; y la ISO 14064–3 detalla los procesos de validación y verificación externa, es decir, cómo realizar auditorías o revisiones independientes para confirmar la calidad y veracidad de los datos reportados.