“Hoy el consumo energético se sitúa en 104 millones de barriles diarios de petróleo y 4.200 millones de metros cúbicos (m3) por día de gas natural. No obstante, para el final de la década se espera llegar a los 110 millones de barriles de crudo”, estimó Ana Simonato, Country Manager de Chevron para la Argentina, al disertar en el ‘Encuentro con los CEO’s’ bajo la órbita de la AOG Expo 2025.
Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), indicó, se alcanzará la estabilidad en el mercado global para 2050. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), comparó la ejecutiva, anticipó que ese fenómeno se dará dos décadas antes, en 2030. “Nuestras previsiones están en el medio, pero es bueno tener bandas y entender hacia dónde nos estamos moviendo”, expuso.
La prioridad de Chevron es que sus activos en el país se encuentren alineados a la estrategia a largo plazo de la compañía para incrementar valor. “Debemos ser más agresivos en materia de tecnología y gestionar portfolios más diversos. No nos podemos enfocar en una sola área de negocios”, explicó.
En ese sentido, señaló, todo proyecto llevado a cabo en la Argentina debe respetar la estrategia global de producir al máximo potencial, de manera segura y con una menor huella de carbono. “Vaca Muerta está en línea con esas premisas”, aseveró.
El negocio no convencional, precisó, configura actualmente un 50% del negocio de Chevron. “En Permian acabamos de alcanzar el millón de barriles producidos”, ponderó.
Para replicar ese desempeño a nivel local, son clave las alianzas estratégicas con otros operadores, además de las buenas relaciones con los gobiernos nacionales y provinciales. “Otro elemento crítico para nuestra toma de decisiones pasa por el know how”, añadió.

Condiciones favorables
La calidad y productividad de la roca que se encuentra en Vaca Muerta, afirmó Simonato, es fabulosa. “Me atrevo a decir que en varios aspectos es mejor que la de Permian, pero también más complicada”, remarcó.
A su criterio, una limitación tiene que ver con la escala. “Permian abarca 75 millones de acres frente a los 8 millones de Vaca Muerta. Allí hay mayor competitividad y un aprendizaje más rápido. No obstante, aquí se ha aprendido mucho”, valoró.
En cuanto a las asignaturas pendientes, aseguró que la competitividad depende mucho del trabajo conjunto. “Colaborar es la única manera de ser competitivos en todos los escenarios. El precio del barril es impredecible, no lo controlamos. Tenemos que estar preparados para cualquier cosa que suceda”, proyectó.
En su opinión, las condiciones del país son cada vez más favorables, pero hay que seguir promoviendo la estabilidad y previsibilidad regulatoria, además de permitir el libre flujo del capital y controlar los costos. “Con todos esos elementos, tendremos un gran futuro juntos”, vaticinó.
